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Gloria a los Héroes de Trelew !

Compartimos nuestra intervención en el acto Homenaje a los luchadores por el Socialismo, realizado ayer 22 de agosto en la ciudad de Rosario.

Asistimos a un momento de la historia del capitalismo mundial en franca descomposición.

La situación mundial se encuentra signada por un período de agotamiento donde reina la rapiña, el saqueo.  América y África constituyen los territorios en disputa sobre los cuales el imperialismo ha posado sus garras asesinas y de donde obtienen las materias primas, mano de obra barata y el condicionamiento, vía deuda externa que garantizan la sobrevivencia en sus naciones. Mecanismos de explotación y expoliación que no resultan nuevos. Frente a la crisis descomunal, la guerra se constituye como la herramienta central para ejercer el control sobre el globo. El avance represivo y militar en todos los terrenos y el ensayo de control a nivel planetario durante la pandemia responden a la profundización de las contradicciones de clase que convulsionan aquí y allá,  al pueblo y los trabajadores del mundo. Millones y millones no obtendrán más respuesta que la del palo represivo.  Millones ya mueren hambrientos, abandonados, completamente desposeídos, mueren millones de niños que jamás asomarán al futuro.

La vida en este sistema al cual nos muestran como el único posible resulta invivible para las más amplias mayorías, otra parte del pueblo y los trabajadores transitará por ella sin más opción que la de ofrendar su fuerza de trabajo a cambio de salarios y condiciones de trabajo paupérrimas.

Simplemente nacer y morir pasando por la vida para que sólo un puñado de poderosos conserven sus privilegios y nos zampen cachetada tras cachetada sus vidas suntuosas.

Nuestro país no es la excepción en esta situación,  Argentina ha sido un país capitalista dependiente. Una semicolonia de la que EEUU se ha valido permanentemente según sus necesidades imperiales.

En la actualidad se ha incrementado la dependencia política y económica de un modo fenomenal. Esa dependencia se traduce en planes concretos de hambre y miseria para la gran mayoría de nuestro pueblo, y  que son ejecutados por los gobiernos cipayos bajo la mirada atenta del amo yanqui, corren todos presurosamente a reunirse con el FMI, compiten a cuál más cumplidor con el imperio, a cuál más represor, más bestial, más asesino, más criminal. Con mano dura reprimen y someten al pueblo y los trabajadores, con mano blanda consienten a las patronales explotadoras, los ricachones, a los verdugos, a los terratenientes.

Y mientras un puñado de opulentos goza de privilegios, las grandes mayorías van perdiendo sus derechos conquistados, sus pequeños logros obtenidos. Se acabó el trabajo como lo conocíamos nos dicen y nos despiden, nos precarizan, nos condenan a la vida miserable del mendigo que vive por un bolsón de comida y un plan social. Y si no nos matan de hambre nos matan de bala, asesinando a nuestros pibes en los barrios con el gatillo fácil.

Han destruido la salud, la educación, no hay un solo pedazo de tierra o una vivienda para habitar. La vida en este sistema para que pueda ser vivida dignamente es muy cara y solo para algunos pocos. La vida para una  inmensa mayoría no vale nada, absolutamente nada.


Los combatientes revolucionarios

Homenajear a los compañeros que idearon y llevaron adelante la fuga del penal de Rawson, frente a la mayor de las adversidades, encarcelados por la dictadura de Lanusse, en un penal de máxima seguridad,  aislados a miles de kilómetros de los grandes centros urbanos del país,  es homenajear a quienes «fueron capaces de derribar los muros de la cárcel» para reintegrarse enteramente a la lucha revolucionaria.

«Fueron capaces de enfrentar al sistema capitalista», el mismo sistema que hoy impera  tal como lo definimos más arriba. Capaces de enfrentarlo en todos los terrenos de la lucha revolucionaria, convencidos de que esa lucha es una guerra, guerra de clases, guerra larga con avances y retrocesos, lucha en la que no cejaron ni un minuto de sus vidas. Y por la cuál fueron capaces no sólo de morir por ella, sino también de asaltar los nidos de ametralladoras del enemigo.

En estas circunstancias que nos toca vivir, en este momento histórico que nos toca atravesar, claramente más de uno se ha preguntado cómo es que no haya alguien que haga justicia frente a tanto atropello, cómo es que nadie le ponga límites a tanta impunidad imperante. Y es ahí donde vemos más concretamente la ausencia de esos compañeros, de esas organizaciones, de esa decisión. Porque es esa decisión la que está faltando para empezar a poner límite a tanto atropello. A la opulencia de los ricos, a la barbarie, al embrutecimiento, a la bestialidad, al desprecio que las clases dominantes ejercen permanentemente sobre nuestro pueblo. No les salía gratis meterse con un revolucionario,  no era gratis ofender al pueblo, apalearlo, someterlo, explotarlo. No salía gratis ni un despido. Los límites se imponían con la fuerza de una vanguardia revolucionaria.

Muchas veces se habla banalmente de la Unidad, para nosotros la unidad es aquella que forjaron los compañeros en la cárcel de Rawson. Una unidad con principios claros, con objetivos comunes contra un enemigo claramente definido. Una unidad que no aceptaba alianzas con los sectores conciliadores.

Homenajear a los combatientes revolucionarios cada 22 de agosto es un ejercicio de memoria militante, de compromiso revolucionario, es un juramento irrompible que nos cabe a las organizaciones y destacamentos que llevamos en alto las banderas rojas y el puño izquierdo del Socialismo.

No queremos en este día tan importante, dejar de mencionar a nuestro compañero Tito Mezzies, ejemplo de militante comunista, quien fuera secuestrado por los milicos genocidas en 1977,  de las puertas de la copistería La Manija, aquí enfrente.

Y un párrafo más para el compañero Facundo Molares que fue asesinado hace unos días atrás por las botas criminales del Estado burgués. Facundo Molares hoy ingresa a ese pabellón honorífico junto a los compañeros de Trelew. Lo  afirmamos desde el primer momento, a Facundo Molares hace tiempo que el imperialismo lo quería muerto. Lo intentó un sinfín de veces , en Colombia, en Bolivia, aquí mismo. Y nos enrrostró su asesinato a sangre fria en la cara, frente a todo el pueblo. Imperdonable. Facundo Molares es un hijo del pueblo, es nuestro hermano. Es un ejemplo.

Juramentamos por Facundo, por Tito, por nuestro héroes de Trelew, hacer justicia por nuestros caídos!!!

La única justicia justa y posible, la justicia popular.

Por eso decimos que “fueron capaces de inspirarnos la conducta”. Que nadie se haga a la idea de que es posible terminar con la explotación, la opresión y el sometimiento por vías pacíficas como la electoral.
Sentenciaba el CHE:

«No podemos predecir el futuro, pero jamás debemos ceder a la tentación claudicante de ser los abanderados de un pueblo que anhela su libertad, pero reniega de la lucha que ésta conlleva y la espera como un mendrugo de victoria.»

Y esta es nuestra tarea, demostrar a los ojos del pueblo la vigencia de la lucha revolucionaria,  inspirar en él el deseo de la libertad, despertar su espíritu combativo. Exponer su verdadera esencia y razón de existir, la destrucción del Estado burgués y la imposición del socialismo. Única sociedad digna de ser vivida.