El ascenso de la lucha revolucionaria en América Latina y nuestro país durante la década del 60′ 70′ logró amenazar el poder de sometimiento y dominación del imperialismo yanqui y las burguesías nativas. La revolución Cubana, la guerra de Vietnam, las luchas por la descolonización y los movimientos de liberación nacional en Asia, África y América Latina se condensaron en aquel «Llamado a los pueblos a través de la tricontinental», » Crear 2,3… muchos Vietnam, es la consigna», que el comandante Che Guevara supo sintetizar en un cuadro real de situación de los pueblos oprimidos, expresando el carácter que debía asumir la lucha revolucionaria, dejando en claro que se había acabado el tiempo de espera de una burguesía que había perdido su «capacidad de oposición al Imperialismo » ( si alguna vez la tuvo) porque se había transformado en el furgón de cola del Imperialismo y que ese Imperialismo, el Imperialismo yanqui, es el enemigo de la humanidad. Y sentencia: “No hay más cambios que hacer, Revolución Socialista o caricatura de Revolución «.
Bajo este influjo crecieron al fragor de las luchas del pueblo y los trabajadores, las organizaciones de vanguardia que se enfrentaron a ese enemigo tan poderoso. En nuestro país, desde el seno mismo del pueblo, nacen organizaciones como el PRT-ERP y Montoneros, por mencionar las más numerosas y resonantes, pero también un sinnúmero de destacamentos que combatían decididamente al enemigo de clase y luchaban por la «Patria Socialista «.
Una larga lista de acciones e intervenciones de carácter político militar dan cuenta de esa enorme lucha que puso en jaque al poder de la burguesía y amenazó los intereses del imperialismo.
Y tan amenazados se vieron que desplegaron a lo largo de todo el cono sur una oleada de dictaduras contrarrevolucionarias que tenían por objetivo detener la lucha revolucionaria con el exterminio de los combatientes revolucionarios. Eso fue lo que ejecutaron los milicos asesinos y cipayos , formados, entrenados y preparados en la «Escuela de las Américas». Plan que hoy se mantiene, ya no sólo con la preparación de Fuerzas Militares, sino que se ha extendido a todas las fuerzas represivas (policía, gendarmería, prefectura, etc.) adoctrinados y entrenados por los milicos de los países más carniceros y sanguinarios del planeta: Estados Unidos e Israel.
Esa dictadura contrarrevolucionaria que se impuso a sangre y fuego, también llevó adelante un plan económico que sentó las bases para una mayor dependencia económica del país y «limpió el camino” para luego “conceder” en 1983, la «apertura democrática». Es decir, para consolidar la Democracia Burguesa que lleva ya más de 40 años de sofisticada dominación al pueblo y los trabajadores. Durante más de 40 años se fomentó la idea de una «normalidad democrática» que inauguraron con el slogan de «con la democracia se come, se cura y se educa «. Idea que se viene agotando con la pérdida garrafal de conquistas y derechos que han sido pisoteados, con mayor o menor crudeza y velocidad, desde el gobierno de Alfonsín, pasando por Menem, De la Rúa, los Kirchner, Macri, Fernández y Milei hoy.
Se come poco, se cura menos y se educa nada. Dejar las banderas que nos legaron nuestros 30000 sólo como consigna vacía para cada 24 de Marzo, es permitir que sean bastardeadas y nos cuesta muy caro.
Es momento de asumir que ya no estamos en «tiempos normales» , que se debe asumir el ejemplo legado por nuestros 30000. Hay que organizarse y luchar como ellos lo hicieron. Para ello es imperioso constituir una fuerza revolucionaria capaz de poner límite a la carnicería desatada, enfrentar la represión en todas sus variantes, no perdonar ni una afrenta contra el pueblo y los trabajadores. No les puede salir gratis apalear a los jubilados, destrozar la cabeza de un compañero, apuntar a matar y encarcelar a los que luchan.
Retomar la senda de la lucha revolucionaria requiere de la decisión y la voluntad de organizar a la vanguardia obrera y popular. Requiere determinación y valentía, romper con la pasividad y la domesticación de la «vida democrática», romper con la falsa lógica de que la » ley nos ampara». Para hacer frente a semejante ataque hay que ir contra la ley burguesa y sus instituciones, no existe otra manera. Hay que destruir el estado burgués que oprime y sangra al pueblo y los trabajadores.
AUNQUE 30000 VECES NOS MATEN 30000 VECES VOLVEREMOS
24 de Marzo 2025